martes, 19 de mayo de 2015

Opinión de los primeros ochenta capítulos del manga de Detective Conan

Hace un tiempo decidí ponerme a leer el manga de Meitantei Conan, conocido por estos lares como Detective Conan. La obra lleva más de 900 capítulos y sí, a mí se me ocurre empezármela. Pero no he venido a quejarme. He venido a  hablar de lo que llevo leído, ochenta capítulos.

Este manga, que lleva publicándose desde antes de que yo naciera en la Shounen Sunday por Aoyama Gosho, nos cuenta la historia de Kudo Shinichi, un adolescente y detective prodigio que es convertido en niño por una misteriosa organización. De esta guisa, Shinichi tendrá que buscarse una nueva identidad, Edogawa Conan, y empezar a resolver misterios para dar con la organización que lo encogió. Esto le es posible porque se instala (con ayuda de su vecino) en la casa de Kogorou Mouri,
un detective privado.

Aunque algunos casos me sonaban de haberlos visto en la tele de pequeño, estaría mintiendo si dijera que no he disfrutado estos ochenta capítulos. Siempre me han gustado los misterios y los asesinatos, soy un morboso. Es por ello que aunque la obra simplemente trate de caso tras caso, no se me ha hecho pesada. El "meollo" de éstos está bien escrito, y cada uno es innovador sin repetir los mismos trucos. Por otra parte, la relación de monosería entre Shinichi y Ran hace que abrace almohadas.

El dibujo es bueno, y algo que realmente me gusta es cómo consigue transmitir la tensión que viven los personajes. El estilo del autor es fácilmente reconocible, y destaca dentro de él la forma en la que están dibujadas las orejas, bien grandes. Aunque no me molesta en absoluto. Es más, me gusta bastante.


Cuando haya leído hasta el capítulo 200 o así, volveré a hablar de Conan.

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